amigos como otras veces les traigo UNA HISTORIA TRISTE un suspiro, un desahogo de alguien que lo necesita, una historia digna de ser contada, triste si desmotivante si pero real y cada vez mas común de lo que parece en estos días, léanla reflexionen y piensen que pasa a su alrededor a la mejor alguien que conocen puede estar pasando por esto y necesita ser escuchado...
de verdad no entiendo esto, no se por que me siento así, me siento tan complicado, tan extraño, me siento tan mal y a ciencia cierta no se porque siento ganas de llorar, de gritar, siento ganas de dormir y no volver a despertar, de dormir tan profundamente que jamas vuelva a sentir este dolor, lo peor es que yo no quise sentirme así yo no pedí que me lastimaran, yo no sabia lo que pasaba, tanta incomodidad, tanta inestabilidad, tanto sufrimiento, nadie sabe por lo que pase nadie sabe lo que sufrí, nadie sabe las cosas que tenia que hacer, cuando me ven nadie se imagina todo lo que llevo cargando, una suciedad que vale por diez, me siento como unas pilas usadas y desgastadas, no merezco que nadie me quiera, no merezco que nadie piense en mi, me muero por un abrazo, pero al darlo me siento mal, no me gusta que me toquen, me trae recuerdos horribles, hasta el mas simple roce o caricia me mata y lo que mas duele es que las necesito, necesito sentirme querido y amado, pero nadie llena ese vació que llevo por dentro, nadie pasa las barreras que yo mismo forje, mi corazón se volvió de piedra, no puede o se niega a sentir, se niega a latir de nuevo, salgo a la calle con miedo de que alguien quiera dañarme, es cierto no soy tan débil como hace 14 años pero me siento indefenso e ignorante, sin el valor ni la fuerza para defenderme, mis amigos se alejaron de mi pues dicen que me enojo mucho, que soy muy explosivo y muy dramático, pero cualquier cosa para mi es una agresión y siempre intento brincar y defenderme para no permitir que me dañen pero en una situación de verdadero peligro me vuelvo tan pequeño como un bebe, me vuelvo tan frágil como el vidrio el miedo llena mis venas, recorre mi piel, me mata sentirme observado, me mata sentirme querido, me mata no poder dar el amor que recibo, pero mas me mata no poder decir lo que en realidad siento, tener que llevar esta mascara que cada día pesa mas tener que sonreír cuando quiero llorar tener que fingir cuando quiero caer tener que seguir cuando quiero morir, con el tiempo aprendí que este dolor jamas se va, solo parpadea, se hace mas fuerte y mas fuerte, todavía no encuentro mejor manera que mutilar me para callarlo, tengo que cortarme repetidamente para sentir menor el dolor interno, se que es malo, pero hay días en que quiero morir y eso me ayuda a sobre llevarlo, me ayuda a volverme a poner la mascara y salir a la calle fingiendo una felicidad inexistente...
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